UNIVERSIDAD
PEDAGÓGICA NACIONAL
FACULTAD DE
HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE
CIENCIAS SOCIALES
ALGUNAS
CONSIDERACIONES SOBRE EL COMPLEJO SIGLO XIX EN COLOMBIA
.
La investigación concluye que en
el período entre 1750 y 1856 existió una muy estrecha relación entre el
nacionalismo y un muy amplio proceso de desarrollo político y social, la
modernización. El nacionalismo surgió como respuesta a cambios estructurales
(influidos tanto desde adentro como desde fuera) en el dominio del estado y de
la economía, como reacción al limitado margen de cambio social y regional, pero
también como protesta por el desmesurado déficit de modernización que caracterizaba
a la Nueva Granada, pues como plantea Ocampo, Colombia era uno de los países
más atrasados en cuanto al desarrollo exportador y la infraestructura interna
pues “A fines de la colonia, el actual territorio colombiano registraba uno
de los índices de apertura al exterior más bajos de toda Latinoamérica,”
En la Colombia de la segunda
mitad del siglo XIX, la progresiva constitución de un Estado-nación va
acompañada de un creciente fenómeno de referencia a las naciones de Europa
occidental, que se afirman como fuentes esenciales de inspiración del debate
público. La obra política de la Independencia y de los primeros decenios de la
República había dejado incompleta la labor de construcción del Estado-nación, y
los ejemplos tomados de las experiencias europeas iban a asumir un papel
considerable en el conflictivo debate sobre las modalidades de esa construcción
nacional. En el XIX se produjeron alrededor de 70 guerras civiles como
consecuencia al vacío de poder que se produjo después del triunfo de la Guerra
de Independencia. Nueve de las guerras civiles tuvieron un carácter
verdaderamente nacional.
Los movimientos nacionalistas en
Colombia en el Siglo XIX fueron movidos por una élites que pretendían alcanzar
o continuar de una u otra forma con el poder; José María Samper, Rafael Núñez y
Carlos Holguín encarnan tres etapas del discurso nacional sobre las naciones
europeas como fuentes de modelos políticos útiles, se podría decir que éstos
personajes fueron los ideólogos de la Nación Colombiana. El análisis de esas
tres trayectorias, que representan cabalmente tres fases del discurso
dominante, demuestra de qué manera el nacionalismo colombiano, tal como se
dibuja a finales del siglo XIX, con carácter exclusivo, su búsqueda de
autenticidad nacional y su aparente rechazo de las influencias exteriores, se
origina esencialmente en la cultura cosmopolita de las elites políticas, y se
concibe, particularmente durante la Regeneración, como un instrumento que
permita retardar la irrupción de las masas de la política nacional.
En el siglo XIX se fortaleció en
Hispanoamérica el nacionalismo regionalista como una constante histórica en la
consolidación de los Estados. En el área de la Gran Colombia, después de su
desintegración definitiva en 1830, surgieron los Estados Nacionales de Nueva
Granada, Venezuela y Ecuador.
En la Consolidación Nacional de
Colombia en el siglo XIX hubo diversas tendencias político-administrativas, que
hicieron prevalecer en unas etapas el Centralismo Político y en otras el
Federalismo.
El régimen centralista se consolidó en el Estado de la Nueva Granada en el ciclo comprendido entre 1832 y 1858. La Convención Nacional de
1831 expidió la Ley fundamental que dio surgimiento al nuevo Estado de la Nueva Granada, integrado por las provincias del centro de la Gran Colombia, en el territorio del antiguo Virreinato del Nuevo Reino de Granada. En 1832 se sancionó la Constitución de la Nueva Granada, de carácter centralista, en un territorio integrado por las Provincias
de Bogotá, Tunja, Socorro, Vélez, Pamplona, Magdalena, Cartagena, Panamá,
Veraguas, Antioquia, Neiva, Popayán, Pasto y Barbacoas. Esta constitución que
introdujo el régimen centralista en Colombia, tenía un ejecutivo débil, un
período presidencial de cuatro años y un régimen de provincias regido por los
gobernadores y un congreso bicameral.
Diez años después esta
constitución fue reemplazada por la Constitución de 1843, de carácter
centralista y autoritaria. Una década después fue sancionada la Constitución
política de 1853, de carácter centro-federal, que dio importancia al gobierno
de las provincias y de los municipios, estableció la separación entre la
iglesia y el Estado, el sufragio universal directo y secreto y el nombramiento
de gobernadores de provincia por voto popular.
La Constitución de 1853 inició un
proceso nacional hacia el régimen federalista, al otorgar una especie de
autonomía a las provincias. Algunas se dieron su propia constitución política y
su fueron convirtiendo en Estados federales, como fueron los casos de Panamá,
Antioquia, Bolívar, Cauca, Magdalena, Boyacá, Cundinamarca
y Santander. Estos estados federales quedaron sujetos al Gobierno de la Nueva Granada en los asuntos relacionados con el crédito nacional, ejército y marina,
relaciones exteriores y otros.
La constitución política de 1863
organizó en forma definitiva un estado federal con el nombre de Estados Unidos
de Colombia, cuya vigencia va hasta 1886. La Constitución de Río Negro
estableció un gobierno federal, en el cual los estados eran entidades políticas
autónomas, con legislación propia y regidas por gobernadores elegidos por voto
popular. Es durante ésta constitución en la que los liberales llegan al poder,
en la que se toma la educación primaria como una de las metas del partido.
El Aspecto educativo es muy
importante a durante éste período federalista, no solo en Colombia sino en la
mayoría de los países latinoamericanos que también estaban realizando el mismo
proceso.
Es un período muy conflictivo en
el país en cuanto a la confrontación de diferentes grupos que intentaban
ostentar el poder, y por supuesto manejar el aparato educativo; entre éstos se
pueden mencionar a los liberales radicales, los conservadores, liberales
moderados, militares y clero.
En la constitución de Rionegro El
poder legislativo era bicameral con senadores y representantes de cada estado
soberano. El presidente era elegido para un período de dos años. Esta
Constitución consagró todas las libertades en absoluto, por eso se llama
radical y los años comprendidos entre 1863 y 1886, son llamados el Período del
Radicalismo en Colombia. Dentro de las principales características de éste período
se encuentra la división del territorio en Estados independientes, proclamación
de las libertades individuales, derechos a la propiedad, a desplazarse
libremente, libertad de palabra y prensa, inviolabilidad del domicilio,
libertad de cultos, se restringió así mismo la esclavitud y la pena de muerte.
Es al decir de Raush la “más anticlerical en la historia de Colombia.”
El ciclo del Radicalismo
corresponde a los años de las generaciones Romántica y Radical, llamadas
también "cultas",
dado su interés por la educación y la cultura. Es el período de la Historia de
Colombia en que se inicia la era de los ferrocarriles, el telégrafo, la
organización de los bancos comerciales y otras expresiones iniciales del
desarrollo industrial y tecnológico. Sin embargo, este ciclo histórico tiene
también caracteres de inestabilidad político-económica, con una débil economía
en su estructura de base y un enfrentamiento político continuo, en un país
dividido entre conservadores y liberales, trabados en guerras civiles, en lucha
apasionada y fanática por la obtención del liderato y del poder. En el siglo
XIX se produjeron 52 guerras civiles en las diversas regiones colombianas,
algunas de ellas generales y la mayor parte provinciales.
Contra el federalismo y las
libertades absolutas de los radicales, se enfrentó el Movimiento de la
Regeneración en las dos últimas décadas del siglo XIX, que unió a los
conservadores y a los liberales moderados alrededor de las ideas del "orden
y el progreso" en
búsqueda del bienestar y del desarrollo. El Movimiento de la Regeneración
defendió el orden, la centralización política y la descentralización
administrativa a través de la Constitución política de 1886, que creó la
República de Colombia.
La meta de la Regeneración, fue
sancionada el 6 de agosto, de 1886, siguiendo los lineamientos de sus ideólogos
Miguel Antonio Caro y Rafael Núñez. En ella se dispuso que con el fin de
afianzar la unidad nacional, la nación colombiana se reconstituía en República
Unitaria. Se estableció el principio de la centralización política y la
descentralización administrativa; se suprimieron los estados federales y
aparecieron los Departamentos, regidos por gobernantes nombrados por el
ejecutivo nacional. Se conservó la división del poder en los tres ramos:
ejecutivo, legislativo y judicial. El período presidencial se extendió a seis
años; el poder legislativo se organizó con dos cámaras; senadores y
representantes; el poder judicial se organizó con una Corte Suprema compuesta
de jueces vitalicios, durante su buen manejo. Se establecieron las buenas
relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado Colombiano; se ordenó que la
educación pública debe ser organizada y dirigida en concordancia con la
religión católica.
En esta medida durante la
regeneración se optó por el Centralismo, el clericanismo y el presidencialismo,
a partir de lo cual Palacios afirma que “La vieja querella entre protección
y librecambio quedó políticamente resuelta a mediados de los cincuentas y nunca
fue un motivo de grave discordia interpartidista.
Los enfrentamientos entre los
Radicales y la Regeneración se multiplicaron en los últimos años del siglo XIX,
hasta cuando los conservadores y los liberales se embarcaron en la Guerra de
los Mil Días entre 1899 y 1902. De esta guerra, la última del siglo XIX, los
colombianos sacaron una lección permanente, pues el país quedó casi destruido y
en quiebra sus valores fundamentales.
Desde el siglo XVIII se fueron
delineando en Colombia, y en general en Hispanoamérica, dos mentalidades: la
tradicionalista y la liberal. Estas determinaron las actitudes, ideas y
sentimientos de los grupos que formaron los dos partidos políticos más
importantes de Colombia desde el siglo XIX: El Partido Conservador y el Partido
Liberal.
En la Primera República Granadina o Patria Boba se enfrentaron centralistas con
sus planteamientos para la organización político-administrativa de la Nueva Granada. Después de la Independencia se presentaron partidos personalistas o caudillistas, alrededor de las
divergencias entre Bolívar y Santander; fueron los bolivarianos y los santandereanos quienes se enfrentaron en los últimos años de la Gran Colombia. En la Nueva Granada se formaron dos grupos parlamentarios: los ministeriales o casacas y los
antiministeriales o liberales.
Los partidos políticos Conservador y Liberal surgieron propiamente en los
mediados del siglo XIX, cuando la situación de la nación presentaba muchos
problemas sociales, y en diversos lugares del país se fundaban las "sociedades democráticas",
con la participación decisiva de los artesanos.
En el siglo XIX, el Liberalismo
planteó su interés en aumentar y difundir al máximo el bienestar humano, e
inculcar en las gentes un gran respeto por la libertad de los ciudadanos. Los
Liberales defendieron la separación entre la Iglesia y el Estado, defendieron
las libertades de religión, expresión e imprenta; y en general, las garantías
para el cumplimiento de los derechos humanos.
Los conservadores colombianos
consideran que los cambios en la sociedad se presentaron por reformas y
evolución, no en forma de anquilosamiento estático, sino de empuje vital,
conservando las permanencias que llevan al progreso de la sociedad, eliminando
las contingencias que se oponen al desarrollo y absorbiendo los cambios
fundamentales en las ideas y nuevas estructuras que llevan al progreso y
bienestar de la colectividad.
Como consecuencia del caudillismo
y del gamonalismo en el siglo XIX, los partidos políticos se formaron alrededor
de los jefes y de los grupos políticos, que tenían gran influencia en los días
de elecciones. Estas eran frecuentes; en efecto, Colombia figura entre los
países que más elecciones realizó en el siglo XIX en Hispanoamérica. Los
partidos políticos en el siglo XIX presentan tendencias al fraccionamiento en
pequeños subgrupos, alrededor de los intereses de los caudillos nacionales o
regionales.
A finales del siglo XIX, el hombre colombiano nacía vinculado por tradición
familiar a uno de los partidos políticos: al conservador o al liberal,
circunstancia que llevó a la ideologización política de los colombianos. El
fanatismo se recrudeció en los años de transición entre los siglos XIX y XX,
cuando los colombianos se enfrentaron en la Guerra de los Mil Días, que fue el
enfrentamiento de dos repúblicas políticas la conservadora y la liberal y de
dos estilos de vida y de pensamiento